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La semana del huevo

Han pasado cosas esta semana. Tuve por fin una asesoría de sabiduría concentrada por parte de quien considero el mejor artista de la ciudad y quien sabe si de mas tierras a la redonda. La cosa estuvo tan buena y tan fuerte que a una semana todavía estoy digiriendo todo. De hecho hace una semana me dió por beberme unas copas de vino junto con unas gotitas de clonazepam para dejar de pensar. Esta combinación la hice de manera inconsciente y NO lo vuelvo a hacer. No lo hagan, es harto peligroso. Pensé que no pasaría esta semana sin superar la fobia que le tengo a los cuadrotes, y sí, ahora sí ya comencé, y espero no parar hasta que estén terminados.
De mi enorme, gigantesco e infinito círculo de amigos, el 80% se ha largado de vagaciones. Espero que ya vuelvan demoniosss.
Lo bueno es que la próxima semana la cosa vuelve a la “normalidad”.
Aprovechen la semana del huevo, que está por terminar.
Y no combinen ansiolíticos con licor, no es buena idea, salvo si quieren terminar como zombies babeantes.
Cuídense, anden por la sombrita.